Sembradores de esperanza: vivencias del Jubileo de la Comunicación

 

Comunicar con esperanza: un jubileo de encuentro, verdad y fraternidad

En mi corazón hay más esperanza después de participar en varios eventos del Jubileo del Mundo de la Comunicación. Ha sido un descubrimiento de muchos comunicadores en los momentos de oración, la peregrinación, el paso por la Puerta Santa, las eucaristías, los talleres y las audiencias con el Papa Francisco. Creo que somos mejores cuando somos escuchados, comprendidos y bien presentados. El silencio y la escucha tienen un abanico de matices para una comunicación eficaz y en la historia cotidiana de nuestras vidas.

Comunicación y evangelización

Los evangelizadores narraron sus experiencias y sus estrategias comunicativas para encontrarse con sus públicos. Las reflexiones teológicas, los expertos en comunicación, los influencers y las grandes experiencias fortalecieron la confianza, inspiraron proyectos y animaron a seguir mejorando la comunicación del Evangelio. 

Personalmente, he participado en tres seminarios y los considero de gran riqueza para quienes se interesan por reflexionar sobre los retos y las oportunidades de la comunicación de la fe en la época contemporánea. Del 22 al 24 de enero de 2025, la Universidad Pontificia de la Santa Cruz acogió el XIV Seminario Profesional de Oficinas de Comunicación de la Iglesia, sobre el tema “Comunicación y evangelización: contexto, actitudes, experiencias”.

Ser comunicadores de esperanza. Memoria de San Francisco de Sales (24 de enero)

Para todos los custodios de la comunicación se ha publicado el Mensaje del Papa para la LIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Desde hace varios años, el Pontífice viene invitando a promover una comunicación más humana: es necesario “desarmar” la comunicación, eliminando la agresividad y la manipulación, para fomentar el diálogo y la comprensión mutua.

Iluminado por San Pedro, aconseja: “Compartan con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones” (cf. 1 P 3,15-16). Los desafíos van a la vena comunicativa para vivir mejor el Jubileo. Este mundo necesita de testimonios que susciten preguntas y abran caminos de encuentro, que siembren esperanza. Somos comunicadores de una cultura del cuidado, la empatía y la confianza. La esperanza es un proyecto comunitario que nos llama a contar historias de bien, a ser testigos de una comunicación que sana heridas y construye puentes. Es decir, ante la desinformación y la polarización, los periodistas y comunicadores tenemos un papel esencial en la construcción de una comunicación responsable y comprometida con la verdad y el bien común.

Apertura del Jubileo del Mundo de la Comunicación en la Basílica de San Juan de Letrán (24 de enero)

Los expertos en comunicación han peregrinado a esta Basílica en busca de la matriz comunicativa. Unos transmitían en vivo, otros se fijaban en detalles como los de la reliquia de San Francisco de Sales, patrón de los comunicadores y escritores. Los confesionarios estaban llenos durante la celebración penitencial. El Cardenal Baldo Reina, vicario general del Papa para la diócesis de Roma, enfocó el Jubileo como un tiempo para revalorizar la misericordia, la comunicación que colabora con la verdad: “Jesús no se pone de parte de la mujer para justificarla, ni se pone de parte de los que la habían puesto delante para anular la ley, sino que entra en el corazón de esa mujer, trata de captar la belleza, la preciosidad de ese corazón que es mucho más grande que los errores que ha cometido”.

Peregrinación a la Puerta Santa de San Pedro (25 de enero)

El sábado por la mañana nos reunimos en Via della Conciliazione, 4. Con frecuencia, estamos atentos a captar los momentos y expresiones de los demás, pero esta vez era importante ayunar del uso de las cámaras y móviles, y ponerse en “modo” contemplación, oración, peregrinación. Caminamos cantando en diferentes idiomas, agradeciendo a la Virgen María. Considero que los peregrinos de la comunicación fuimos un testimonio de fraternidad al cruzar la Puerta Santa en la Basílica San Pietro, escuchar la Eucaristía y luego acudir al evento cultural en el que los ponentes eran la Premio Nobel Ressa y el escritor McCann.

Encuentro con el Papa Francisco – “Decir la verdad” (25 de enero)

Resonaron los aplausos y las expresiones de alegría a la llegada del Papa Francisco al Aula Pablo VI. “¡Gracias por lo que hacen! En mis manos tengo un discurso de nueve páginas. A estas horas, con el estómago empezando a moverse, leer nueve páginas sería una tortura”, dijo sonriendo. El Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, sorprendido, pensó que el Santo Padre le pedía leer. El Papa prosiguió en medio de aplausos: “Comunicar es salir un poco de uno mismo para compartir lo mío con el otro. Y comunicar no es sólo salir, sino también encontrarse con el otro. Saber comunicar es una gran sabiduría, ¡una gran sabiduría! Me alegro de este Jubileo de los Comunicadores. Su trabajo es un trabajo que construye: construye la sociedad, construye la Iglesia, hace avanzar a todos, siempre que sea verdadero”, afirmó el Papa, escenificando un diálogo con un creyente, matiz característico de su predicación: “«Padre, yo siempre digo cosas verdaderas...» – «Pero tú, ¿eres verdadero? No sólo por las cosas que dices, sino tú, en tu interior, en tu vida, ¿eres verdadero?». Esta es una gran prueba. Comunicar es lo que Dios hace con el Hijo, y la comunicación de Dios con el Hijo es el Espíritu Santo”, añadió, todavía improvisando. El ingreso del Papa se dio antes del horario programado. Su discurso escrito fue publicado. De los 10.000 comunicadores presentes en el aula, 6.545 eran periodistas de diferentes partes del mundo. 

Audiencia con el Papa Francisco (27 de enero)

El lunes, muy temprano, acudimos al Palacio Apostólico Vaticano para participar en un encuentro con el Papa Francisco. Esta audiencia era un buen inicio para la Conferencia de los Presidentes de las Comisiones Episcopales de Comunicación y de los Directores de las Oficinas de Comunicación Social (27-29 de enero).

El Papa mostró su alegría y dijo que es hermoso comunicar la vida de la Iglesia con una mirada cristiana, subrayando que así se vence la desesperanza. La Iglesia no debe encerrarse en sí misma, sino comunicar con amor, verdad y apertura, indicó, exhortándonos a seguir adelante con valentía y esperanza.

Al final, pasamos a saludarlo y yo sólo pude decirle: “Santo Padre, gracias por animarnos a los comunicadores”. Sonrió y nos despedimos: “No olvides rezar por mí”. El Papa nos entregó un rosario de recuerdo. Se vivió un ambiente solemne y lleno de júbilo.  

Conferencia de los Presidentes de las Comisiones Episcopales de Comunicación y de los Directores de las Oficinas de Comunicación Social (27-29 de enero).

Puedo definir este encuentro como un testimonio de esperanza. La mayoría de los participantes trabajan en el ámbito de la comunicación institucional de sus diócesis o congregaciones religiosas. Encontrarnos significó descubrir potencialidades para un trabajo en red, para tejer relaciones fuertes de comunión.

Tomando la imagen de la Iglesia Samaritana, quedamos convencidos de no temer, de atrevernos a ser comunicadores “heridos y sucios” (en salida) y no “enfermos” (encerrados). Heridos en la construcción de una comunicación más humana, en el registro de las historias verdaderas, al echar las redes por diferentes canales si se atascan entre las rocas, al construir puentes de diálogo. Heridos por el algoritmo que domina, por buscar al hermano en el nuevo continente, por las narrativas, por la Inteligencia Artificial.

Los pastos de la comunicación. 28 de enero, memoria de Santo Tomás de Aquino

Los comunicadores tenemos también la tentación de erigirnos líderes, de exponernos de forma narcisista y de considerarnos maestros como lo hicieron los fariseos.  El Cardenal Pietro Parolin, Secretario del Estado Vaticano, desde el altar de la cátedra en la Basílica de San Pedro, exhortó a reconocer la voz del Pastor en los pastos de la comunicación. Nadie “tiene que afirmarse como rabino, como padre y como guía: deja que el Espíritu Santo guíe el ministerio y la responsabilidad que estás llamado a vivir en el mundo de la comunicación“.

Finalmente, sólo quisiera agradecer por los grandes signos de esperanza que han surgido de este Jubileo del Mundo de la Comunicación. Para un predicador, la comunicación tiene en cuenta la contemplación, el silencio, la comunión, la búsqueda de la verdad. Sólo he intentado contar la experiencia. Los grandes contenidos pueden leerlos en Internet. ¡Sigamos adelante con valentía, sembrando esperanza y construyendo puentes de diálogo y amor!

Entre los materiales que entregó el Dicasterio para la Comunicación, había un simple lápiz, la herramienta básica de un comunicador para tomar notas. Lo que hacemos con un lápiz es siempre un boceto, necesita ser mejorado. Pero también tiene una semilla, signo de la tierra fértil de la comunicación.

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Publication Date: 2025-01-31 03:03:23
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